POR UN FEMINISMO SIN TRANSFOBIA
Desde Extremadura Entiende subscribimos el siguiente comunicado de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales:
FELGTB rechaza la transfobia disfrazada de feminismo y condena el contenido tránsfobo del Ciclo «Política Feminista: Libertades e Identidades» celebrado en Gijón y financiado por fondos públicos.
La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales, FELGTB, condena el contenido tránsfobo del Ciclo «Política Feminista: Libertades e Identidades» de la pasada edición de la Escuela Feminista Rosario de Acuña en Gijón, financiada con fondos públicos y celebrada los días 3, 4 y 5 de julio en Gijón.
Esta ciudad acogió una nueva edición de la Escuela Feminista Rosario Acuña, un espacio financiado por el Ayuntamiento de Gijón a través del Servicio de Políticas de Igualdad, en el cual se reunió un grupo de destacadas políticas y académicas feministas que sobresalió mediáticamente por su continua virulencia y sus múltiples mensajes tránsfobos, especialmente dirigidos a las mujeres transexuales.
En estos encuentros se impartieron contenidos basados en el esencialismo biologicista, que reduce las realidades vitales e identitarias de las personas a sus genitales. Este esencialismo se burla de las identidades trans y las caricaturiza como meros disfraces o caprichos, llamando incluso al pánico moral y advirtiendo de que la concesión de derechos a las mujeres transexuales pone en riesgo a las “auténticas” mujeres fueron comunes en los mismos.
A lo largo de la historia, los feminismos, al igual que los colectivos LGTBI, han tenido que enfrentarse a dinámicas internas de exclusión y opresión. Si las feministas privilegiadas (blancas, cisexuales, heterosexuales, con estudios superiores, de clase alta y sin diversidad funcional) intentaron excluir del movimiento a aquellas que eran oprimidas por motivos que interseccionaban con el género, las feministas no privilegiadas impulsaron un activismo feminista negro, chicano o lesbiano y se abrieron paso por la fuerza, ocupando espacios que legítimamente les correspondían dentro de los propios círculos feministas.
La FELGTB considera que usar el feminismo para menospreciar la dignidad de las personas trans no es hacer feminismo porque se están cuestionando los derechos más básicos de las personas trans, en especial los derechos sexuales, reproductivos, civiles y políticos de las mujeres, las personas Trans y de las minorías sexuales que sufrimos el machismo y la misoginia de quienes nos dicen quiénes debemos ser, qué debemos sentir y cómo debemos comportarnos.
Marcos Ventura, coordinadora del Grupo de Políticas Trans de FELGTB, declara a este respecto que «el género es una vivencia interna, personal e inmodificable, que nos hace ser hombres, mujeres o personas no binarias, independientemente de nuestra corporalidad o de la educación que recibimos. Pero si nuestro género coincide con el que se nos asigna en el momento de nacer, disfrutaremos de unos privilegios que no tienen aquellas personas cuyo género no coincide con el asignado al nacer. Las personas trans, especialmente las mujeres transexuales, sufren en muchos casos una violencia severa e intolerable».
La organización apostilla en este sentido que «las personas trans son un grupo con tasas muy altas de rechazo familiar, abandono escolar o exclusión del mercado de trabajo, y aunque es cierto que el activismo LGTBI ha conseguido ir disminuyendo esas tasas, aún queda mucho camino por delante para alcanzar la igualdad real y efectiva entre todas las personas independientemente de su identidad de género».
«Igual que en el pasado, los feminismos se han sobrepuesto a las tendencias racistas, homófobas o clasistas que se han generado en su seno, estamos convencidas de que ahora también se sobrepondrán al intento de una minoría de imponer criterios tránsfobos dentro del feminismo institucional», asegura la presidenta de FELGTB, Uge Sangil. Asimismo, defiende también que «las instituciones públicas no pueden subvencionar acciones basadas en la intolerancia, en el ataque a los derechos humanos o al cuestionamiento de la autodeterminación de la identidad de ninguna persona».
Por su parte, la asociación de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales XEGA de Asturias condena los acontecimientos porque según su coordinadora, Yosune Álbarez, “usar el feminismo para menospreciar la dignidad de las personas trans no es hacer feminismo sino cuestionar los derechos más básicos de las minorías que sufrimos el machismo y la misoginia de quienes nos dicen quiénes debemos ser, qué debemos sentir y cómo debemos comportarnos”.
Con el objetivo de que esto no vuelva a ocurrir, FELGTB y Xega han organizado una recogida de firmas para exigirle a la Escuela Rosario Acuña que rectifique y condene los hechos y al Ayuntamiento de Gijón que garantice que los fondos públicos no van a volver a financiar espacios en los que se impartan este tipo de contenidos. Para sumarte, pincha aquí: http://chng.it/R8hk4J9wdH