Quiero ser paloma coja

On 7 marzo 2011

Nota de prensa de Extremadura Entiende (08 de Marzo, 2011)

Yo no quiero ser como Celdrán, quiero ser paloma coja.

¿Qué implica ser paloma coja?

Ser paloma coja es ser mujer, trabajadora, madre en muchos casos, y discriminada por volar en una sociedad  heteropatriacal y machista. Hartas estamos de defender nuestra condición de prejuicios machistas que piensan que amamos a las mujeres porque no hemos encontrado a nuestro hombre. Hartitas de  ver cómo tenemos que explicar una y otra vez que ser mujer LBT no se contagia y que no nos abalanzamos sobre la primera mujer que se pone a nuestro alcance.

Son personas como usted,  señor Celdrán, las culpables de todos los padecimientos  de las palomas cojas. Son personas como usted,  las que no admiten la diferencia, pues se tambalearían sus feudos de adoctrinados en una sola forma de pensar. Son personas como usted quienes no desean ver que la diferencia  enriquece y no resta. Ustedes son palomos gallardos sanos que se aferran a un irreal status de la rectitud, de la virtud, de la verdad, de la norma, del bien y del mal.

Pero no se engañe, señor Celdrán, no vivimos en un escaparate de Fitur. Ese modus vivendi de catecismo y pandereta, de caciques y servilismos, es desgraciadamente el que daña a la totalidad de la ciudadanía extremeña y el que  trasciende más allá de nuestra tierra.

Por fortuna, cada vez hay más personas que respetan la diferencia, que piensan que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos y también las mismas obligaciones. Más gente que entiende que hay que luchar para que todas las personas tengan una vida digna y que unas no se tengan que ocultar de otras para tenerla.

Por eso, señor Celdrán, las mujeres de Extremadura Entiende somos palomas cojas y estamos muy orgullosas de serlo, porque nosotras -por nuestra condición sexual o de género- no hacemos daño a nadie, pero usted con la suya hace mucho.

Yo soy paloma coja, ¿y tú?

Chapa

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